Hace solo unos días finalizaron los cultos en honor al Señor de los Milagros de la Parroquia-Santuario San Martín de Porres más conocido como Señor de los Milagros de Caquetá. Este año tuvimos que lidiar con la disposición del Párroco y Director Espiritual de la Hermandad de que las Andas del Señor no cruzarían al distrito del Rimac debido al poco compromiso mostrado por los hermanos sobre su formación espiritual y la ausencia en nuestras misas de retiro, reuniones y la nula participación en las actividades parroquiales, y el inicio de un proceso de reorganización. Esta disposición cortó una tradición de casi 20 años de recorrido por las calles del Rimac. El panorama era poco alentador -vale decir que nuestra hermandad solo tiene una cuadrilla de 35 hermanos de la cual el 85% provenimos del Rimac- era de esperarse el alejamiento de algunos hermanos.
Tras agotar las posibilidades de revocar esta disposición, los que quedamos decidimos sacar adelante la procesión, ya que nuestra Fe no esta basada en el recorrido del Señor sino en el significado de esta hermosa imagen: la muestra de amor más grande realizada por alguien en toda la historia de la humanidad.
El recorrido se realizó por las calles de San Martín de Porres, llegamos a lugares nunca visitados antes y nos sorprendió la acogida que tuvo el Señor en toda la comunidad. Luego vino el tradicional cambio de andas con las del Santo Patrón Martín de Porres en el que después de muchos años nuestro Señor fue llevado en hombros solo por hábitos morados. Aunque muchos piensen lo contrario, debimos superar el dolor de dejar a la comunidad del Rimac sin la visita del Señor, familiares y amigos de edad avanzada, algunos enfermos y gente que realmente vive su Fe en el Señor. El agradecimiento por acompañarnos en la procesión y queda el compromiso de ser mejores hermanos del Señor de los Milagros para que esta situación jamás vuelva a repetirse.
Ahora viene la parte más dificil, reinscripción de todos los hermanos, asistencia a las misas de retiro, participación en charlas de formación espiritual y colaboración activa en las actividades parroquiales. Ya lo dijo el Párroco al terminar la procesión: O tratamos de vivir como Cristo quiere o dejamos la hermandad para los que quieran hacerlo.
Yo creo que si podemos, hemos demostrado que tenemos un corazón enorme -ninguna cuadrilla que conozca podría cargar 10 jornadas seguidas- solo nos falta hacer un lugar especial en ese corazón para recibir a Cristo, el Señor de los Milagros.
Gracias por su atención y que el Señor los bendiga.
